miércoles, 20 de septiembre de 2023

A tus pies... ¡Entre tus piernas!


Habia usado los servicios de la morena candente en varias ocasiones y cada una de ellas era enteramente satisfactoria, sin importar las peticiones que le hacia, me satisfacía de una forma genuina, estaba fascinado en la forma en que movia sus caderas cuando le dije que queria un striptease. No era amor pero si un deseo nato de cogerla al despertar y tambien antes de dormir. a penas liberaba de mi rutina un espacio, recordaba la forma en que lucia montada en mí, extasiada en la totalidad mientras tenia un intenso orgasmo... pero sin duda lo que mas me embrujaba era esa capacidad tan fria con la que cruzando la puerta podia fingir una sepulcral indiferencia. 

De Clarisa no habia rastros, de alguna forma mi servidora tenia razón.  

Antes de las festividades navideñas, fui invitado a una cena con el corporativo y sin planearlo ella estaba ahí. en un vestido entallado, escotado en color vino, no era tan alta pero sin duda su sonrisa y sus tacones la hacian ver mas grande que otras alrededor, dudé en acercarme y saludar pero mis ojos no podían dejar de ver sus curvas. hasta que un hombre de traje ya entrado en años, la tomó del brazo con delicadeza y le murmuró algo al oido, ella asistió con la cabeza y caminaron juntos hasta nuestra mesa. 

Se acercó en compañía del hombre y Él tomando la palabra saludo a todos nosotros. di por entendido que era trabajo lo que hacia ella ahí, pero de pronto me saludo  directamente y con familiaridad. 

Horas mas tarde pude intercambiar palabras con ella.

-Es un gusto verte...

-Para mí tambien, contesto con una sonrisa torcida, la misma que hacia cada que le pedia cambiar de posición o darle la bienvenida a algún juguete. 

torpemente pregunté si estaría ocupada toda la noche, por que tenia el deseo intenso de arrancarle ese vestido y besar hasta la punta de sus pies. 

contesto que no, que pronto se iría del lugar y su tio la dejaría en su apartamento. 

-Crei que era trabajo. (Dije con tono que podía ser grosero)

Lo es, pero no siempre es sexual, estoy trabajando con mi familia politica en cosas menos ofensivas para la sociedad. 

-Si me permites, quisiera estar esta noche a tus pies y ¿por que no?, ¡entre tus piernas!

-Adelante, habla con mi agente y nos vemos mas tarde.

-Esta vez no quiero intermediarios, ¿es eso posible? al fin ya sabes donde vivo.

-Perfecto ahí estaré.

Estaba ya en casa y escuche el interfon anunciar. 

Estando la puerta cerrada y ella detras; la tome de la cintura y la bese con tanta pasión y la cargue hasta la mesa que tenia al final del pasillo, sentada ahí, baje con agilidad el cierre de ese vestido diseñado por  el demonio del deseo. bese su pecho y me metí debajo de su falda. la escuche gritar y gemir mientras iba sintiendo mas su humedad en mi rostro, logre mi objetivo y la guié hacia la sala, me tumbó en el sillón pequeño y me lo saco con destreza para hacerme sentir lo mejor de su boca. subiendo un poco su falda, hizo a lado su ropa interior y se montó para moverse de manera furiosa de excitación. 

Yo estaba alucinado con la forma en que  llevaba el ritmo. Sin salirme de ella volví a cargarla y subimos a la habitación, la recosté en la cama y yo de pie seguía entrando y saliendo de su cuerpo caliente, su cara de placer y la forma en que me tomaba de los brazos y me pedía más, sus ojos apasionados y mi sudor cayendo en su pecho y rostro, la empuje más al centro de la cama para poder tumbar me encima suyo, rodeó mi cuerpo con sus piernas y se arqueaba hacia mí. Era una locura lo que hicimos esa noche, yo completamente extasiado me deje venir. 

Acto seguido me tiré a lado de ella y suspiré, pasados cinco minutos me tocó la mano y me dijo que era hora de irse, se acomodo el vestido y arreglo su alborotado cabello y una vez más me besó. La acompañe a la puerta saque mi cartera y le di lo correspondiente. No hubo tiempo de hablar, solo esperaba volver a repetir estar a sus pies, a esa diosa del placer debería rendirle tributo muchas más veces al mes.