Diles que ya estaba en el destino encontrarte.
Talvez una mañana durante un paseo en el parque o cualquier día compartiendo el elevador.
Que no hay nada que lamentar, que esto debió pasar y que no estuvo en tus manos el evitarlo.
¡Que si bien yo les regale sonrisas de compromiso, las genuinas las provocaste tú!
Y que aún que no lo crean, volvería a consumar el encuentro que nuestra vida cambió.
Que bailando torpemente un día te encontraría o mientras tú esperabas en el parabus. Que se cruzarían nuestras miradas y los corazones se sincronizarian en un sueño para los dos.
¡Que si bien ellos llegaron a mi vida primero, el complemento siempre fuiste tú!
Que de tu parte o de la mía no hay nada que lamentar y que este encuentro un día...una noche iba a pasar.