jueves, 31 de diciembre de 2020

Fin de año

 Si bien este año ha Sido caótico para todos, en lo personal aprendí a llevar las cosas con un poco más de calma, paz en el alma y con el corazón diligente.

Hace unas semanas vivía un episodio doloroso del cual aún pienso por momentos me culpo y por momentos sé que no fue por mí que sucedió. También admito que conocí a personas que han hecho que mis días sean más ligeros entre risas e historias, entre uno que otro trago se me fue el año.

Solo queda agradecer al universo 💖 al creador, a la madre tierra, a esa fuerza omnipotente que me puso aquí y permite que no me derrumbe, que me hace también ser bondad, amor y sonrisas para otros.

En unas horas termina este veinte veinte y tendremos mucho más por lo cual arriesgar y


mejorar. Vivir, sonreír; bailar y cantar...

Démosle una oportunidad a este nuevo libro que empezará y seamos grandes escritores de las mejores historias nunca antes dichas.

Seamos amorosos y solidarios siempre que se pueda.

Gracias por haber leído cada uno de los post y por animarme a seguir haciéndolo.

¡Feliz fin de año y que este que empieza sea fructífero para todos!

Con una sonrisa de satisfacción me despido de ustedes nos leemos el año que viene ;)

domingo, 13 de diciembre de 2020

Mi niña de ojitos apagados

Tal día me cuestionaban si acaso era mucho mi sufrir, lo negué y admiti que sonreía. Que estaba siendo feliz; no tenía idea de lo que venía a golpear mi pobre alma.

De pronto las caricias no fueron delicadas, eran fuertes y toscas, no había amor solo agresión.

¿Cómo puede ser que quien dice quererte te haga llorar y suplicar detenerse, rasguñar y gritar que te está dañando?

Para besarte después y pedir disculpas, prometer que no volverá a suceder. Acto seguido volverlo a hacer.

Cómo puedes jurar cuando los celos lo cegan. Te acusa y se excusa para herir otra vez tu corazón. ¡Golpea, golpea fuerte, muy fuerte tu dignidad y el amor que le tenías.

Entre la espada y la pared, si te niegas te podría ir peor y terminas cediendo sin amor, sin deseo, sin afecto. Los besos no gustan, no excitan, no causan nada más que repulsión.

Mi llanto es inevitable y ha diluido el brillo que mis enormes ojos tenían, clavar la mirada al suelo es el único remedio, fingir que todo está bien. Que no dolió profundo, que no dañó, que jamás rompió nada por dentro. Que solo dolerá un poco el cuerpo, pero no toda la vida, no para siempre.

Mi niña de ojos tristes y apagados te amo y jure que te cuidaría. Falle y lo lamento.