Entre rosas y jazmines ella estaba tirada ahí mirando al cielo, con la mente alborotada.
toda su vida había cambiado en cuestión de un par de días y aunque volver a recordar los hechos pasados reciente le revolvía el estómago, también tenía esa sensación de victoria, ese saborcito a triunfo, ¿sabes? supongo que lo haz sentido tú también después de alguna etapa difícil en la que no sabías ni como estabas caminando.
Cambiar hasta de amor no debe ser una transición fácil y quien salga casi intacto talvez no tenía tanto anclaje en este.
Mientras miras al cielo y ves pasar las nubes, empiezas a respirar lento y a sentir el corazón contento, lleno de esperanza.
Lucrecia tiene una buena historia que contarnos; de como a pesar del amor que se expresa en palabras es más importante reconocer el afecto con el que se consuman las caricias. Toma asiento y prepárate para darte cuenta que muchas veces nada es lo que parece pero siempre hay algo bueno en las cicatrices.