martes, 28 de abril de 2020

Pausa para el amor

Ella es de piel cálida, de mirada perseverante y corazón apasionado.
En ocasiones sola se a curado las heridas de batalla. Va de la mano con el sol y se deja besar por la luz tenue de la luna.
Pero una de sus más grandes guerras a Sido su mente cuando le exige más, cómo si el respirar no fuera suficiente. Y llora y se pregunta ¿Porque?
Su gran espíritu vive atrapado en su frágil pero tenaz cuerpo, que no se cae; que sigue de pie.
La ansiedad le muerde los brazos, le aruña la piel dorada por el Sol. Sufre, sufre y se remuerde por cosas que no estuvieron jamás en sus manos.
¡Ven, chica! Siéntate y comienza a respirar, escucha atentamente los latidos que golpean tu pecho. Maravillate por el recorrer de tu sangre de diosa; Ese recorrer que va desde tu cabello hasta la punta de tus pies.
Toca tu pelo y mira que hermosa te ves. Haz una pausa para amar.
Haz una pausa para aceptar que mientras te ames nadie te dañará, ama tus cicatrices y tus triunfos; las lágrimas de felicidad y recuerda que siempre podrás llorar pero nunca darte por vencida. Que siempre podrás volver a los brazos del amor, siempre habrá un árbol que te regale un abrazo y el viento una caricia. Haz una pausa para amar, que no hay más grande amor que el que la naturaleza te demostrará, la naturaleza que llevas por dentro siempre te reconfortará.

Aprendamos a hacer pausas para amarnos principalmente a nosotros mismos. Espero que les guste este escrito.

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