Han pasado algunas semanas y sigo soñando con probar tus besos nuevamente; el calor incesante me hace imaginar tu piel aperlada por el sudor, mientras estamos juntos.
¡He fantaseado contigo cada maldita hora desde la vez que probé la exquisitez de tu sexo!
No hay dolor más fascinante que el que se adquiere por sentir placer.
Ven y dame las caricias que mi cuerpo te demanda.
Entre tus brazos siento el placer de sentirme plena y segura.
¡Eres el demonio que mi cielo a perdido!
Eres el fuego que le faltaba al frío innerte de mi cuerpo.
No estoy loca, solo hambrienta de deseo. Y si así lo fuera; serias la droga para esto.
Quiero sentir tu mirada oscura y profunda sobre mi piel desnuda.
Tu boca; tus labios resbalando por mi pecho.
¡El capricho delicioso de tenerte! Aún sigo deseando poseerte.
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